Reseña:
La exposición constó de tres partes: comenzó en el CCF1116 con la instalación de una red de cabellos humanos (que representa la fuerza de la individualidad en la colectividad) y 70 impresiones en papél bond de la foto "conciencia colectiva en gestación" (las cuales fueron regaladas a los asistentes). Posteriormente se realizó un performance en donde los asistentes desmontaron la instalación de cabellos para desplazarla colectivamente por las calles del centro rumbo al café 16mm (hubo mucho interés e interacción con la obra por la gente que transitaba las calles). Llegando al lugar, la red de cabellos se montó entre los participantes del performance. En el café 16mm también estuvieron expuestas más fotografías (retratos generados a partir de pulsiones de vida y muerte) y esculturas de indigentes elaboradas a partir de materiales de desecho.
Miguel Gonzáles Virgen realizó el texto curatorial de la exposición; la cual permanecerá hasta el domingo 4 de mayo de 4:00pm a 12pm (Serafín Peña 1546 entre Matamoros y Padre Mier).
Texto curatorial:
Marilú Ríos
El exceso de bienes y su desperdicio, condiciones que caracterizan mejor que ninguna otra a nuestra época de desarrollo globalizado, son sin embargo condiciones cuyas consecuencias las sociedades contemporáneas continúan negándose a aceptar. Y si bien estos excesos de desperdicios tienen su mayor impacto visible en el medio ambiente, urbano o rural, en el que habitamos, en realidad su mayor impacto sucede al interior de cada uno de nosotros.
En efecto, el desperdicio que continuamente desechamos con poca conciencia, en realidad refleja formas específicas e individuales de relacionarnos con la naturaleza interior propia. El desprendernos fácilmente de cosas que nos han sido útiles, de considerar todos los objetos que utilizamos como un material vacío de significados que no tienen ninguna relación personal con nuestro ser, evidencia—y provoca a la vez—una forma interior del desperdicio y abuso de nuestras emociones. Es el resultado de un proceso por el que las personas consideramos nuestros impulsos y nuestros deseos como necesidades que pueden ser satisfechas siempre momentáneamente y de forma efímera, obviando de esa forma las necesidades más directas de relacionarnos coherentemente con los sentidos de permanencia, cohesión y tranquilidad de nuestra propia naturaleza interior e inconsciente. Los desperdicios que tiramos despreocupadamente son, en otras palabras, el reflejo del desperdicio continuo de nuestros sentimientos.
Esta relación entre el desperdicio material y visible, y el desperdicio emocional y personal—mucho menos visible—que caracteriza a los miembros de nuestras sociedades, es el foco de interés de Marilú Ríos. Su obra, a diferencia de lo que puede aparecer en una primera impresión, no es lo que pudiéramos llamar simplemente “ambientalista”, en el sentido de aquella obra artística enfocada a generar una conciencia social sobre el daño que la sociedad genera al medio ambiente. El interés de Marilú es más amplio, pues explora esa relación entre el desperdicio material y el desperdicio emocional de cada uno de nosotros. Y si bien su trabajo puede tener una función “ambientalista” también, en realidad Marilú está más interesada en documentar las evidencias personales de cada una de estas catástrofes personales.
Es en este sentido que Marilú es verdaderamente una artista, ya que su trabajo es el de un ser humano que contempla con horror y fascinación a la vez, las terribles contradicciones—y a vez inclusive la estética—del “vivir sin cuidado” de las personas que le rodean. Cuando Marilú fotografía personas desamparadas, los homeless urbanos, ella no pretende salvarlos o generar un moviendo de apoyo para ellos. Su interés primordial radica en descubrir las condiciones personales de cada uno de esos individuos que le han llevado a aceptar ese estado de basura personal, así como también descubrir los mecanismos por los que la sociedad misma acepta y se desentiende de tales seres humanos.
Creo que de aquí se desprende el gran valor de la obra de Marilú: el mostrarnos el gran espectáculo de una sociedad que ha incorporado toda forma de desperdicio emocional como una forma natural de la vida.
Miguel A. González Virgen
Registro Fotográfico
Fotografía "Conciencia colectiva en gestación".
Red de cabello humano entretejido en el CCF1116
Espectadores apreciando de cerca la obra
Los asistentes participaron en el performance colectivo antes de desmontar la red y trasladar la pieza por las calles del centro, rumbo al café 16mm.
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En el café 16mm
Esculturas de indigentes elaboradas a partir de materiales de desecho:
Luis
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Virginia
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Juan
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Algunas de las fotografías expuestas:
Consumismo .............................................................................................................
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Documentación de Instalación
"FORUM en la Alameda"